martes, 7 de febrero de 2012

Un bucle sin fin de “Deja vus”

Otra jornada liguera más, otro partido sin ganar, otro encuentro pésimo en cuanto a juego y ocasiones, otro choque soporífero y para el olvido. Así está siendo el inicio de año liguero del Valencia. Ver para creer, que tras cinco partidos consecutivos sin ganar, siga tercero y aumentando la distancia con los rivales.



Al último que ha conseguido frenar de su marcha triunfal y su maravillosa racha de resultados, por que de juego más bien poco, es al Atlético de Madrid. Ese segundo equipo de la capital que llegaba al choque más que crecido, imbatido des de la llegada de Simeone y con tres victorias seguidas. Parecía que el Valencia llegaba al Manzanares en el momento idóneo y, de ganarles, como muchos daban por hecho, colocarse en Champions. Pero no fue así. El Valencia, a poco que hizo, logró frenar ese “efecto Simeone”. El Atlético no es más que un equipo que corre bien sin balón y que ha aprendido a presionar la salida del mismo. Pero con él en los pies, salvo Arda y a ratos Diego, el resto son más bien deficientes.

Emery, volvió a alinear de inicio a Mathieu y Jordi Alba, cosa que sigo sin entender y dejó fuera del once a Jonás, con Albelda y Tino en el medio y Pablo en la banda. Era un once para lucirse –aún me río ahora-.En todo el partido, como ya viene siendo habitual, sólo se creó una ocasión de gol, que por muy poco no materializa en gol Jordi Alba. El Valencia es superior al resto de los equipos de primera, obviando al Barcelona y Madrid, y lo es si juega la mitad de bien de cómo sabe. Los "chés" tienen un jugador diferente a ese resto de equipos, que no es otro que Banega. Pero, si el susodicho se queda en el banco, poco puede hacer la criatura.

El planteamiento inicial fue rácano y decepcionante. Emery no quería perder, a toda costa, en el Calderón y tampoco quería cansar al equipo de cara a la vuelta de Semifinales. Pues bien, ni perdieron ni se cansaron. Fueron dos equipos que durante la mayoría del partido anduvieron sobre el tapete verde, viendo pasar los balones por el aire, de una portería a otra, ya que juego de centro del campo no hubo. Firmaron la tregua des del minuto uno. Sólo dos disparos pusieron en alerta a las trincheras. El ya mencionado disparo de Alba y la doble ocasión de Falcao que acaba sacando Ramí con sus partes nobles.

Ya en frío, no quiero ni pensar dónde estaríamos ahora si no perdemos los tres puntos en el Villamarín en los últimos cuatro minutos, nos dejamos empatar por Osasuna y Racing en el tiempo de descuento y tiramos el partido en casa con la Real. Pensando en los puntos que se han dejado escapar y el rendimiento del resto de equipos de primera, siempre mirando hacia abajo, el Valencia, a estas alturas, podría ya tener más que asegurada la Champions.

Pero que le vamos a hacer, les gusta complicarse la vida. Así que no queda otra que seguir sufriendo. Próxima batalla, el Camp Nou. Que Dios nos pille confesaos, que se nos avecina un buen meneo.

Un placer, @andreuserret (twitter)

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