viernes, 30 de marzo de 2012

Un universo paralelo: el planeta Emeriano.

La resaca que nos deja el partido de anoche en Holanda no es del todo mala. Ese gol de Topal deja todo en el aire. Aunque se perdió el partido, el Valencia mereció más ante un rival escandalosamente inferior pero con una alta efectividad ofensiva.



El equipo de Emery mereció más porque fue quien puso algo de calidad en el encuentro. De nuevo, la falta de puntería y el desastroso sistema defensivo, nos llevaron al enésimo fracaso de la temporada. El Valencia, cierto es, dio un paso hacia delante, pero dos hacia atrás. El equipo mostró cierta mejoría en el juego en algunos momentos del partido e incluso llegó a morder arriba, con un Soldado desacertado. Ese fue el paso hacia delante, ya que los pasos hacia atrás volvieron a ser la concentración defensiva y la falta de ambición y confianza que muestra el equipo. Dos errores de Barragán en la marca dinamitaron el decente partido que hizo ayer el conjunto ché en casa del AZ, líder de la liga holandesa. El primer gol, tras un saque de córner al segundo palo, y el segundo, tras una buena jugada por banda izquierda, donde Pablo y Barragán fueron meros observadores. Sinceramente creo que el Valencia luce por Europa – de los 8 equipos vivos en la competición – la peor defensa. Todos sabemos que la base de un buen ataque es la defensa, la cual se cimienta y se forja con duro trabajo. Señores, en mi opinión, cuatro años perdidos, en cuanto a trabajo defensivo.

El partido acabó, con resultado de 2-1 a favor de los locales. Y con él, llegaron las ruedas de prensa de los técnicos. La cabeza visible del proyecto deportivo soltó estas dos perlas: "Hemos estado firme en defensa". "Hemos hecho un gran partido". Era la puntilla. Esas declaraciones nos remataron. No podemos tener un equipo competitivo y optar a títulos si no sabemos hacer autocrítica. No es todo de color de rosa, y cuando hay errores no se pueden omitir. Puede que se hayan corregido en privado y la sala de prensa no sea el lugar idóneo para señalar a nadie. Pero si quieres proteger a ciertos jugadores, argumento que no comparto, no puedes hacerlo alabando, precisamente, el punto débil del equipo. Ese no es el camino señor Unai. Hace ya tiempo que vives en tu mundo. Una realidad virtual paralela a la nuestra.

El resultado se puede y se debe remontar. Pero se ha de hacer desde la conciencia y desde la aceptación de que tenemos una de las defensas más flojas del viejo continente. Sólo aceptando esta realidad, podremos volver a lograr ilusionar a la gente y revivir los recuerdos de principios de siglo. Aquellos tiempos en que la gente salía a la calle engalanada con bufandas y demás artículos del club. Unos complementos que se lucían con orgullo y que queremos volver a lucir en pocos meses. Somos el Valencia, somos un gran club y ha llegado el momento de demostrarlo. Estamos a sólo cuatro partidos de tocar la gloria, de volver a recuperar el sitio perdido en Europa y de volver a tener el respeto de nuestros rivales. Juntos podemos. Lo vamos a conseguir. Amunt.

Un placer, @andreuserret.

domingo, 25 de marzo de 2012

P3, tocado y hundido

Lo logramos. Nos hemos vuelto a superar. Cuando todos creíamos que habíamos tocado fondo, llegó el torpedo azulón para acabar de hundir el barco valencianista. El mismo que, situado plácidamente en la P3 de la tabla desde tiempos inmemoriales, ve peligrar de manera seria su futuro europeo.


Ya no sirve excusa alguna. El Valencia ayer cayó derrotado en Getafe con todas las de la ley. El equipo, a priori, de garantías se fue diluyendo con el paso de los minutos cuál azucarillo en café. Se empezó ganado a los pocos minutos con un misil tierra-aire de Soldado. Todo hacía presagiar una bonita tarde de fútbol. Éramos los visitantes, sin la presión de Mestalla (culpable, según Emery, de los últimos malos resultados) y contra un equipo inferior en cuanto a plantilla y presupuesto. Pues bien, a la media hora de partido ya íbamos palmando por 3-1. Errores defensivos imperdonables, consecuencia de pérdidas en la medular. Volvía la pareja Rami-Ruíz y los laterales Bruno y Alba. Que jugaron estos cuatro lo se por la alineación inicial plasmada en papel. Sobre el campo, fueron cuerpos sin alma. Las espaldas de dichos laterales descubiertas continuamente y mientras, los centrales, de empanada mental. El primer gol azulón es un claro ejemplo. Bruno deja el carril libre, por el cuál entra Gavilán, que tras poner un centro tocado con pierna izquierda, remata Pedro Ríos de cabeza para poner la igualada en el marcador. Para los que no sepáis quien es, su altura es de 1,77. Teniendo en cuenta que Ruíz y Rami andaban cerca, ya os podéis imaginar la que liaron. Los otros dos goles, calcos del primero, pero por la banda izquierda, la de Jordi Alba.


Estos tres reveses casi coetáneos y la incapacidad de respuesta del conjunto visitante, nos hacen estar en la situación más delicada de los últimos tiempos. Me atrevería a decir, que con Koeman en el banquillo estábamos mejor que ahora. Sinceramente, y después de pensar mucho esta noche, creo que sería injusto cesar a Emery en este momento. El vasco ha dedicado 4 años de su vida a este club. Mejor o peor, según criterios, y creo que no se merece un final tan triste. El equipo está mal, si. Y hay que buscar soluciones para levantar esto. Mencionar a la afición y menospreciarla en rueda de prensa no es la mejor de ellas querido Unai. Es cierto que somos una afición exigente y nunca nos conformamos con nada. Pero lo somos porque hemos sido un equipo grande en Europa, no hace mucho tiempo atrás, y, en este momento, sentimos que los rivales nos han perdido el respeto. Cada vez va menos gente al campo y cada vez los resultados deportivos son peores. Ponemos el grito en el cielo porque estamos hartos. Un club como el Valencia no merece pasar por esto. Queremos un proyecto comprometido al 100% con la ciudad. Unos objetivos más ambiciosos. ¿Pedimos mucho cuando decimos que queremos saber cuál es el modelo ofensivo de nuestro equipo? ¿O cuando nos preguntamos cuáles son los onces fijos del entrenador? Creo que son preguntas que tras cuatro años, por más ventas que se hayan podido hacer, tendrían que estar resueltas con una contundencia extrema.


Tenemos lo que nos merecemos. Hace tiempo que vengo avisando que la tercera plaza nos venía grande. Hoy nos pueden empatar Málaga y Levante, a falta de 27 puntos por disputarse. Esto, amigos y curiosos, se va hacer muy largo y las decepciones, mucho me temo, van a seguir llamando a la puerta de nuestros corazones “blanquinegros”, hasta acabar haciéndose nuestras mejores amigas.


Un placer, @andreuserret

jueves, 22 de marzo de 2012

Autodestrucción en 3, 2, 1…

Enésima remontada esta liga, enésimo ridículo. Somos el hazmerreír de España y parte del extranjero. Ayer se rió de nosotros hasta el colista, que jugando con uno menos durante 70 minutos, fue capaz de dar la campanada –más bien “campanilla”- en Mestalla.



El Valencia se autoinmoló desde el minuto inicial. Emery decidió que el partido de ayer era el ideal para dar descanso a –quizás- los dos mejores hombres del conjunto ché este año, como son Jordi Alba y Feghouli. Sacó a los 3 puntas, renunciando al ataque por bandas -seña de identidad de este equipo- y buscando un ataque más directo. El partido empezó como se preveía. Mucha presión arriba, muchos hombres en zona de remate y ocasiones para aburrir. Aduriz, como viene siendo costumbre, no tuvo su día. El pobre lo intentó una y otra vez, pero no acertó la más mínima. Soldado, caído en banda, tocó apenas dos balones en toda la noche. Uno de ellos, la asistencia para el gol de Pablo -conocido mundialmente como “engañagradas”- tras una jugada de genio en banda derecha. El Valencia ganaba, el Zaragoza se quedaba con diez, había entrado la primavera, los pajaritos cantaban, las nubes se levantaban. Habíamos entrado en un estado de paz interior, de abstinencia de la realidad, que por lo menos estábamos en el octavo cielo. Era la gloria. Todos esperábamos un plácido encuentro, por fin sin sobresaltos.

Una vez más, no fue así. Del Cerro Grande pitó un “penaltito” de Dealbert, por leve agarrón sobre Aranda, y el Zaragoza empató. Llevábamos media hora de encuentro y el Valencia se vino abajo, cuál castillo de naipes. El revés fue duro. Tanto que hasta el descanso ya no dieron señal alguna de vida futbolística.

Tras el descanso, más de lo mismo. Asedio continuo del Valencia sin premio, contras peligrosas del Zaragoza y paradas mil de Roberto. Si por cada ocasión fallada ayer nos dieran un “puñadito” de euros, el Valencia no tendría que vender a nadie e incluso se podría pagar la cláusula del Dios del fútbol mundial, Leo Messi. Para quien no viera el partido, el conjunto local disparó hasta el 28 ocasiones, 10 entre los tres palos. Fue uno de esos días en qué el esférico no quiere entrar. El Valencia atacaba y atacaba sin descanso. Unai puso toda la carne en el asador. Atacaban ocho, defendían dos. Consecuencia, se consumó el desastre. Remontó el Zaragoza en otro garrafal error de Dealbert. ¡Qué le vamos a hacer! No nos quedaba otra que resignarnos, acachar la cabeza y notar los cachetes de toda España en la nunca por un nuevo bochorno en Mestalla.

Como es lógico, tras el partido, el estado de ánimo del colectivo era muy bajo. Mucho enfado y muchas críticas. No había luz que iluminara la noche de ayer. No hasta que llegó el minuto 83 en el Madrigal. Yo mismo, en mi cuenta de Twitter escribí: “Vamos Villareal. Alinearos planetas. La Liga necesita este gol. Media España va a tirar esta falta. Todos somos Senna”. Alguien del más allá me debió escuchar. El Villareal había logrado empatar –con el segundo error de Casillas en 72 horas- y el Barcelona estaba a tan sólo 6 puntos. El Real Madrid, flamante líder de nuestra liga, logró perder los papeles y puede que el campeonato. Una banda de impresentables y maleducados no pueden pasear por Europa el título nacional. El cabecilla, el de siempre. El “Special One”. Volvió a hacer de las suyas junto a sus perritos falderos –Pepe y Cristiano-.

Tan sólo quedan 10 partidos para acabar con esta Liga. Una bendición. El Valencia, en peligro. El Levante a tres puntos. Si nos ponemos a comparar presupuestos, nos vamos a sonrojar. Lo mejor para todos, que acabe este año de una manera digna y que llegue la Eurocopa. Será lo mejor, creerme.

Un placer, @andreuserret.

lunes, 19 de marzo de 2012

Soldado sopló las velas

Grandioso partido el que pudimos disfrutar ayer en la Catedral. El Valencia Club de Fútbol cumplía 93 años como entidad y qué mejor regalo que un partido como el de ayer. Jornada perfecta. Los rivales más alejados y el juego convenció.




Fue un partido para el recuerdo. Llegaba el Valencia a Bilbao en el momento más crítico de la legislatura de Unai como técnico. Los leones estaban pletóricos tras derrotar al líder de la liga inglesa, la mejor para muchos entre los cuales me incluyo. Los de Bielsa, subidos en la nueve del éxito y llevados en volandas por una ciudad volcada con este proyecto, se creían capaces de todo. Sin embargo, se toparon con un Valencia bien armado desde la defensa, con seriedad e ideas en el centro del campo, con una presión asfixiante y con la reconciliación de Soldado con el gol. Todo eso fue demasiado para los locales, los cuales acusaron el desgaste físico de la vuelta de la Europa League y la baja de Fernando Llorente en el ataque, piedra angular de este equipo.


El Valencia se plantó en la Catedral con el agua hasta el cuello. Era el partido que iba a marcar el porvenir de este equipo. El rival, el que había maravillado a medio mundo -aquellos que faltaban por ver un partido del Ath.Club-. Todo parecía en contra. No éramos los favoritos para nadie. Pero en el día menos pensado, en el partido donde un empate era bueno, nos brindaron el mejor partido de la temporada y, quien sabe, si de la era Unai.


El equipo jugó con una alta intensidad, conocedores de las limitaciones físicas del rival a causa de la exigencia del partido del jueves. El medio del campo, sin Albelda, fue creativo y dinámico. Topal y Parejo formaron una pareja que nos puede dar muchas alegrías. Topal barrió todo lo que pasó por su zona e incluso se atrevió con pases de genio y Parejo llevó el control de todo el equipo, con continuas combinaciones y continuos cambios de ritmo. Jordi Alba volvió a recordarnos al de hace un par de meses, incansable en banda derecha y decisivo en los últimos metros. Feghouli sigue sorprendiendo. Guaita volvió a rozar la perfección y Soldado lo bordó. Por fin el valenciano cortó su racha en liga. Lo hizo con un hat-trick memorable, el cuál le sirvió para contestar al doblete de Torres. A destacar también los centrales. Rami – Dealbert formaron un muro infranqueable. Las únicas malas noticias llegaron de la banda derecha. Pablo, perdido y ausente, no entró mucho en juego y Barragán, dejó en muchas ocasiones la espalda descubierta por querer sumarse al ataque.


En esta jornada, la balanza venció claramente del lado bueno. Ya era hora de dar una alegría a una afición exigente pero consciente de aquello que pide. Estas semanas atrás sólo pedíamos compromiso y actitud y ayer demostraron que cuando quieren lo demuestran. No nos quejamos por vicio, sino de una manera justificada.


Capítulo aparte merece el entrenador. Estaba en el ojo del huracán y los jugadores lo sacaron entre todos. Volvió a recuperar un poco de crédito, un poco de vida deportiva. Las aguas volvieron a su cauce, por el momento. Ahora mismo no me puedo situar en un lado o en otro, quizás este en medio. Pero esto sólo ha sido un paño caliente que ha calmado un poco el dolor. Los antecedentes los tenemos marcados a fuego en la piel y vamos a ser cautos. La victoria de ayer no nos puede poner una venda en los ojos. Tenemos que ser humildes y luchar cada día, como se hizo ayer. Sólo así se conseguirán objetivos y la afición podrá volver a estar unida con el equipo.


Hemos encontrado de nuevo la senda, no nos volvamos a perder en la densa selva.


Un placer, @andreuserret.

domingo, 11 de marzo de 2012

Mentalidad bipolar

Han pasado ya unas horas del partido que se ha jugado en Mestalla este mediodía y todavía estoy con cara de incredulidad. No puedo asimilar cómo el Valencia ha dejado escapar dos puntos esta tarde ante un práctico Mallorca que terminó vivo la primera mitad.


Nos encontramos, a la hora de analizar, dos partes muy diferenciadas, dos temas muy contrastantes – si habláramos de un análisis musical-. El Valencia lo llegó a bordar en la primera mitad, con una intensidad y ritmo impropios de los últimos partidos. Unai sacó un equipo tremendamente ofensivo, con los tres delanteros titulares y con la ausencia de un medio centro defensivo. El equipo llegó a jugar a una velocidad frenética y generando innumerables ocasiones de gol, muchas de ellas marradas por Soldado. El primer gol llegó gracias a un disparo desde fuera del área de Tino Costa, que tras rozar en Nunes, el balón describe una trayectoria imparable para Auoate. Gol con fortuna pero merecidísimo. Después de mucho tiempo la grada se estaba divirtiendo e incluso aplaudían el juego del equipo. Nadie se esperaba el trágico final que el destino nos tenía preparado. El Valencia, tras el gol, siguió jugando, dirigidos de forma magistral por Parejo, y en otra acción de fortuna llegó el segundo. Presión del Valencia, el Mallorca cede a su portero, el cual decide controlar el balón ante la presencia de Soldado y Aduriz. Resultado, pérdida de balón y gol de Aduriz. Dos acciones de fortuna pero que hacían justicia al primer tiempo que había disputado el conjunto local.

Tras el descanso, las sombras. El Valencia, en hora más propia de siesta que de fútbol, se echó a dormir diez minutitos. La tradicional “becaeta” valenciana. Diez minutos tontos, que como el jueves pasado el PSV, aprovechó el Mallorca para empatar un partido que tendría que estar sentenciado para ellos. Dos errores defensivos de bulto, de Barragán y Mathieu, hicieron que los de Caparrós despertaran a los valencianistas del sueño del primer tiempo y les enseñaran cuál es la cruda realidad. Y esa no es otra que la de un equipo con una mentalidad mediocre, con miedo al éxito y con mucha facilidad para coleccionar fracasos. El de hoy, uno más. El partido, en los quinze minutos del descanso, cambió como de la noche al día. Un cambio de actitud y ambición intolerable que la grada no toleró y se expresó mediante una tremenda pañolada.

No vamos a descubrir nada nuevo ya. Todos sabemos los puntos débiles de este equipo. El que no sabemos son las soluciones. Llueve sobre mojado en Valencia y con las fallas a la vuelta de la esquina. Veremos en los próximos días si hay indultación o “cremá”. Emery tiene de crédito una semana más. El partido del jueves con el PSV y el del domingo en campo del Ath. Club, claves para su continuidad. Seguiremos informando.

Un placer, @andreuserret

viernes, 9 de marzo de 2012

Coser, cantar y pincharse.

No existe un partido redondo este año. Los encuentros duran noventa minutos. Cantidad de segundos que parecen no tener asimilada. Los chicos de Emery, culpables del resultado final, se empeñaron en dar emoción para la vuelta y dejar la faena a mitad.



Fue un partido cómodo, con un rival que apenas inquietó lo más mínimo. Recuerdo, así a lo pronto, un par de subidas por banda derecha de los holandeses y fin de la historia. Respecto al Valencia, mejoró la imagen mostrada en estos últimos partidos. Tampoco era una ardua tarea, ya que con dar dos pases seguidos con cierto sentido era suficiente. Destacaron, por encima del resto, Parejo y Barragán. Dos jugadores suplentes a los que ayer Emery les brindó una nueva oportunidad. Parejo, en ciertos momentos, se pareció a aquel que me enamoró el año pasado en Getafe. Jugó con cabeza, se asoció de manera coherente y eficaz e incluso le sirvió a Piatti el cuarto gol con un pase estratosférico. Barragán estuvo incansable en banda. Subió sin cesar y centrando con mucho acierto. Una jugada suya por banda derecha sirvió para que Soldado, diez partidos después, rompiera su sequía goleadora con el Valencia.

El partido estaba encarrilado en los primeros cuarenta y cinco minutos. Se retiraron los jugadores al vestuario con un 3-0 a favor. Todo estaba en orden. La portería a cero, goles a favor y alegría en las gradas –muy vacías ayer por el desacuerdo de los aficionados con el actual proyecto deportivo-. No son tiempos para disfrutar y hacer alarde de poder en Valencia. El equipo marcó el cuarto y se echó a dormir la siesta a la sombra de un olivo. Eso lo aprovecharon los holandeses para apretar un poco el resultado, dejar la eliminatoria en el aire y despertar el malestar en la grada. Todo empezó por un penalti absurdo de Mathieu en el minuto 80, en una de las subidas por banda derecha del PSV. Un penalti innecesario e inocente del francés que le dio muchas alas al tercero de la liga holandesa. El Valencia recibió el golpe del gol como un gancho en la mejilla y cayó noqueado al suelo, incapaz de dar respuesta. 10 minutos más tarde, al borde del pitido final, se consumó la tragedia. El PSV marcó el segundo gol, para desesperación de la afición, los cuales respondieron con una sonora pitada al finalizar el encentro.

Es preocupante la situación actual que se vive en Valencia. Gana el equipo en la ida de los octavos de una competición europea, marcando cuatro goles y dejando la eliminatoria bien encarrilada y, ni aún así, se libra el equipo de la bronca al final. Hay mucho descontento en Mestalla con todo el cuerpo técnico, directiva y plantilla. El partido dejó un gusto agridulce que no gustó al respetable. Llueve sobre mojado en Valencia y alguno se puede acabar ahogando.

Antes de acabar, quiero hacer mención del partido que puede ver –paralelamente al del Valencia- en Manchester. Menuda exhibición de los jugadores del Athletic Club. Apabullante superioridad ante el segundo de la Premier League, para muchos –y yo me incluyo- la mejor del mundo. Fue insultante el repaso que se llevaron los diablos rojos. Superados en todo momento por un juego vertiginoso y explosivo que dejó sin argumentos y sin capacidad de reacción a los locales. De Gea les salvó de endosar una goleada histórica. Lo peor, el resultado final. El Manchester, con media ocasión logró anotar dos goles. Es lo que tienen los equipos grandes.

Para finalizar invito a la reflexión. Sin comparar presupuestos ni individualidades, solo observando el conjunto como equipo y el juego de toque como arma, lanzo una pregunta al aire. ¿Es el Athletic Club el segundo mejor equipo de España, por detrás del Barcelona?

Un placer, @andreuserret (twitter)

lunes, 5 de marzo de 2012

El preciado legado de Emery

Una jornada menos para acabar con “esto”. Digo esa palabra por ser un determinante indefinido, ya que es la única manera de nombrar al partido y al juego que mostró ayer el Valencia en los Cármenes, indefinido.


Los chicos de Emery nos demostraron que se puede ganar con menos de nada. Les sirvió con media ocasión para llevarse los 3 puntos en Granada, ante un rival que supo morder en la presión, con una línea defensiva adelantada y con criterio a la hora de mover el balón. El Valencia, teóricamente superior, fue incapaz de enlazar tres pases de calidad. La sala de máquinas se dedicó a corregir los numerosos errores defensivos y a cortar jugadas de ataque. Con el balón en los pies, cuantiosas pérdidas que causaron más de un susto. No crearon fútbol, el más mínimo. El más perjudicado con todo esto, una vez más, fue Soldado. El flamante ariete de la “roja” anduvo solitario por el campo, sin tener ni una sola acción clara de gol. Con el partido de ayer superó su récord personal de minutos seguidos sin marcar con el Valencia. Sin duda, deprimente y preocupante.

La culpa de todo este desconcierto deportivo recae en el de casi siempre. Emery una vez más nos demostró la inoperancia del fútbol ofensivo del Valencia. El partido de ayer fue un libro abierto del trabajo que el técnico está realizando en Valencia. Fue un encuentro aburrido y tosco, sin intensidad defensiva, sin peligro ofensivo alguno y dominado, en todo momento, por un equipo que lucha por no descender. Cierto es que Emery, año tras año, va cumpliendo los objetivos que se marca la entidad – en mi opinión ridículos – y sigue colocando al equipo valenciano por excelencia en puestos de acceso directo a la Champions. Pero amigos, llamarme inconformista. Cierto es que no podemos equipararnos al Barcelona o al Madrid – en una competición como la Liga al menos – pero tampoco podemos jugar a un nivel de un equipo de aficionados. Sinceramente, el Valencia da la sensación de ser un conjunto de jugadores que se conocen de hace 5 minutos, les visten con la misma equitación y los sueltan por el campo. Juegan sin ningún sentido, con desorden táctico y sin ideas a la hora de combinar. Viendo el partido me hacía cruces pensando en los millones que cobran esos jugadores de blanco, por no hacer nada, y la cantidad de personas trabajadoras y formadas que están sin trabajo. Desesperante, sin duda.

Quedan todavía muchas jornadas por disputar y muchos análisis que realizar, pero o cambia el cuento o va a ser todo un cortar pegar de esta última crónica. Fútbol muy previsible, lineal, sin brillo alguno y apático. Este es el legado que nos deja el señor Emery en sus cuatro años entrenando al club. Incredulidad y descontento generalizado. Ahora bien, los posibles sustitutos no es que auguren un futuro más prometedor. El tiempo dictará sentencia, como todo en esta vida.

Un placer, @andreuserret (twitter)