lunes, 13 de febrero de 2012

Quien no se consuela es porque no quiere.

La hoja de ruta así lo establece. Después de deslizarse por pendiente cuesta abajo, la cual era pronunciada por la falta de victorias ligueras, el Valencia consiguió remontarla y dejarla atrás, con una victoria balsámica, ante uno de los equipos candidatos a dejar, en Junio, esta Primera División.


El Valencia navegaba sin rumbo por el mar llamado Liga BBVA. El equipo se había dedicado a concentrar todo su esfuerzo en la competición copera, descuidando la doméstica. Y eso es algo que no logro a asimilar. Ese “lujo” se lo pueden permitir equipos de menos presupuesto económico y con una plantilla inferior, pero no el Valencia. Disponen de la tercera mejor plantilla de España y una de las más completas y equilibradas de Europa cuando sus jugadores juegan al máximo nivel. Así pues, ha sido inadmisible el bajón de juego y resultados en liga este mes y medio que llevamos de año. Ahora ya ha pasado la Copa, pero viene la Europa League. Como estamos con la tercera posición más afianzada que a finales de Diciembre, podemos descuidarla otro mes e irnos de viaje por Europa, que seguramente, cuando volvamos, seguiremos donde estamos. Eso va a pasar de ahora en adelante y es lo que no quiero que suceda.

La noticia más destaca del partido de ayer fue la vuelta a la titularidad de Guaita. Después de mucho tiempo sentado en el banquillo, simulando una hipotética lesión, se volvió a vestir de corto y a ponerse bajo los palos. Más que nada lo vi como un toque de atención a Alves, el cual últimamente está haciendo fallos estrepitosos en momentos clave. No es que sea culpable de nada, pero la vida de portero todos sabemos como es. Pocas veces tienen recompensa o crítica favorable alguna por su actuación. Casos puntuales son los de Varas, en Barcelona, y el partido que se marcó ayer Toño, ante el Atlético de Madrid.

El Sporting me recordó al Villareal del Calderón. Un equipo cabizbajo, sin intención alguna de hacer daño al rival. El Valencia olió la sangre y allí fue. Era el rival perfecto para subir la moral y para coger confianza de cara al partido del Jueves de Europa League. Raro es, pero fue mejor la primera parte que la segunda. En la primera se dominó el balón y las constantes subidas por bandas generaron ocasiones. En una de ellas, Feghouli empalmó un gran servicio de Mathieu desde la frontal y consiguió el primero del conjunto local. Era el minuto 30 y con el gol, el Sporting se decompuso aún más y el Valencia pareció relajarse y conformarse. Desde ese minuto hasta el pitido final, fue un tanto soporífero. Un partido sin intensidad alguna que se llevó el menos malo. Se goleó, aunque de manera injusta, y ahora parece que se ve el futuro con claridad y esperanza de nuevo. Nada más lejos de la realidad que el jueves vuelve Europa. Será entonces cuando podremos sacar la vara de medir y saber dónde está nuestro Valencia realmente.

El título, casi con total seguridad, va a ser para el Real Madrid. No me queda otra que empezar a asimilarlo. No es que vaya a ser inmerecido, pero si que le quita un poco de mérito a ello el rendimiento del Barcelona y prestigio y credibilidad ciertas ayudas arbitrales. Me da pena ver una liga con tan poca intensidad y emoción. Puede ser que sea una de las peores competiciones de los últimos años. Nivel inaceptable y falta de compromiso y juego por parte de muchos equipos, incluido en ciertas ocasiones el Valencia. Algo tiene que cambiar, ya que hace más de un mes de aquella entrada donde decía aquello de “falacia si esta es la mejor liga del mundo” y lo sigo pensando.

Un placer, @andreuserret (twitter)

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