viernes, 20 de enero de 2012

Se suman a las rebajas con unos “descuentos de oro”

Estamos en el primer mes del año, en plena cuesta de Enero, con mucha acumulación de partidos, con rebajas en las tiendas y con el dinero justo después de las Navidades. Pues bien, aún así, el Valencia ayer salió “de compras” por Mestalla ante el rival de la ciudad y el escollo para llegar a las deseadas semifinales de la Copa del Rey, al igual que hizo el Barcelona en la capital española en el dia anterior.


Se presentaba el Levante en el feudo valencianista, mermado por las lesiones, con una alineación para buscar el 0-0 y con la cabeza más en la Liga que en la Copa. El Valencia, en cambio, salió a hacer su trabajo y con la consigna de sentenciar el partido en la ida. Todo siguió el guión marcado salvo un detalle, el gol visitante.

El partido empezó con unos primeros momentos de desconcierto, donde los dos equipos luchaban de poder a poder por hacerse con la posesión de la pelota. Cuando la logró controlar el Valencia, minuto 10 aproximadamente, coincidiendo con la inoportuna lesión de Barkero, se acabaron prácticamente las opciones de los visitantes. El Valencia empezó a llegar con peligro, con Pablo y Piatti en las alas y Tino Costa y Albelda en la sala de máquinas, y el “avión” valencianista despegó.

Un Jonás más fallón de lo normal y muy impreciso adelantó al Valencia tras un pase precioso de Pablo y apenas 5 minutos más tarde, aprovechó Soldado un error defensivo para poner en el 2-0 en el marcador, la ilusión de las semifinales en la grada y engrandar su leyenda y sus opciones de ir convocado con la “roja” a la Euro2012.

Dicha ilusión no duró mucho por culpa de Koné, jugador revelación de la Liga d junto a De Marcos. Aprovechó el marfileño una pájara de la defensa local, habitual ya últimamente, para enganchar una preciosa volea desde la frontal a la que nada pudo hacer Alves, salvador ayer otra vez. Primera llegada y primer gol.

La grada se mosqueó tras el gol, cosa lógica, que dejaba la eliminatoria muy viva para los de JIM. Pero lo que son las cosas, ayer la suerte estuvo de cara de quien más la buscó, y en el descuento de la primera mitad llegó el primer “descuento de oro” con un gol de Piatti a pocos segundos de finalizar el primer acto.

Tras el descanso, vi satisfacción y conformidad del conjunto local por el resultado, los cuales se preocuparon más por no encajar gol que por anotar el cuarto, la sentencia. Ocasiones claras contadas, dominio alterno del balón y los minutos a la suya, cayendo uno a uno en el marcador de Mestalla. Así hasta el minuto 75 de encuentro.

Llegaron los cambios locales, salió Feghouli y Banega y la cosa se espabiló. También ayudó a ello una pequeña tangana. El Valencia se fue en busca del cuarto gol ante el agotamiento físico del Levante y por poco lo consigue en dos remates de los centrales del Valencia. El primero en probarlo fue Rami, pero su remate, libre de marca, se marchó desviado. Se lo puedo perdonar. A quien no puedo hacerlo es a Victor Ruiz. Falta puesta por el Tino de manera magistral al segundo palo, llega Victor sin oposición y con Munúa vendido la manda al poste de la porteria.

Imperdonable error que por poco le cuesta muy caro al Valencia 10 minutos más tarde, en una contra de Koné por banda izquierda y una mano milagrosa de Alves que mandó a córner, en la segunda ocasión visitante. Por poco se me para el corazón.

Con el partido a punto de morir, tras presenciar la ocasión del marfileño y casi apunto de abandonar el estadio para no pillar el atasco habitual de los partidos, el Tino nos hizo sentarnos a todos, para volver a levantarnos y aplaudir llenos de júbilo, con un gol postrero y de suerte que dejaba la eliminatoria sentenciada. Un gol, para entendernos, muy parecido al de la Real el sábado pasado. Curiosamente el gol llegó a pocos segundos del final, en el segundo “descuento de oro” del Valencia.

Resultado final justo y eliminatoria casi sentenciada salvo milagro granota en la vuelta, pero tal y como está la Copa, prudencia ante todo.

No puedo cerrar el artículo de hoy sin dar cuatro pinceladas, pero con brocha gorda, del primer clásico del año 2012. En mi opinión fue bastante parecido al último. Barraca ultradefensiva de Mourinho con la alineación titular, filosofía intacta del juego del Barcelona, presión inicial del Madrid arriba, gol tempranero de Cristiano tras error clamoroso de Pinto y remontada del Barcelona con otra demostración de poder y juego en casa ajena. Eso fue el partido en lo deportivo. En lo criminal, quiero aprovechar este espacio para denunciar la actitud de un jugador, que cada vez es más preocupante. No existen calificativos en el mundo para definir su comportamiento sobre el terreno de juego. Su sitio está en un lugar encerrado, con tratamiento psicológico y ayuda profesional, no sobre un terreno de juego.

Un placer, Andreu.

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