Con la temporada
ya cerrada y con la etapa de Unai tocando a su fin, llega la hora de
planificar, de hacer memoria y de mirar hacia el futuro próximo. Un futuro
esperanzador y lleno de luz, pero con ciertas sombras. Esas sombras de incertidumbre
y desconcierto que crea la llegada de un entrenador sin experiencia en el
ámbito de la dirección. Por el momento todo son habladurías. Nadie sabe cómo va
a jugar, ni el esquema que va a utilizar “el Flaco”. Nadie sabe qué jugadores
quiere en su plantilla, ni qué cuerpo técnico formará, como tampoco nadie sabe
los resultados que va a obtener. Todo está en el aire. Las suposiciones son el
consuelo de muchos que, ilusionados con el cambio, lo ven todo de color rosa y
verde esperanza, ya que señores, ¿qué significa cambio? La palabra cambio
significa romper con las reglas y los modelos actuales. Significa, en muchos
casos, corregir las cosas mal hechas. En definitiva, tirar los restos
orgánicos, podridos y malolientes y quedarte con aquello que pueda ser de gran
utilidad de cara a la construcción de un futuro más prospero. A día de hoy, y
con el magnífico legado que nos ha dejado Emery, somos como perros enjaulados,
babeando ante el primer trozo de carne que vemos. Y eso, puede ser peligroso.
Tenemos que tener cuidado. Debemos ser cautos con el nuevo que llega y que no
nos pueda la codicia, tras la época de penumbra, soledad y engaños que nos ha
tocado vivir. Ahora más que nunca tenemos que ser leales con nuestro líder.
Debemos ser conscientes que todos los inicios son complicados. Los más grandes
del fútbol moderno, como Bielsa o Guardiola, tuvieron comienzos dubitativos y
fueron, en cierta manera, criticados. Os pido, desde este humilde rincón, que
no caigamos en esa trampa, que lo dejemos trabajar.
Pellegrino forma parte del
mejor Valencia de la historia y merece nuestra confianza ciega. Si de una cosa
estoy seguro es que su equipo será un equipo con carácter y personalidad, como
la que él tenía sobre el campo. Y eso, no es una suposición, ya que se puede
demostrar. Si echamos la vista atrás, el equipo de Unai (citado en la entrada precedente), era un equipo desdibujado y sin alma, falto de carácter y raza.
Esto era debido a la personalidad del técnico. Emery, en su famoso libro “Mentalidad Ganadora” afirmó, palabras
textuales, que “era bastante cagón”. Ante estas palabras, es lógico pensar que un
equipo es el fiel reflejo del alma de quien lo dirige. Así pues, de Pellegrino,
por el momento, no hay libro, pero tenemos su recuerdo imborrable como central
ché, con una fuerte y marcada personalidad, con alma de líder incontestable y
con un chorro de voz imponente.
Nadie, por suerte, puede predecir el futuro. La
vida está llena de sorpresas y eso es lo que la hace interesante. El Valencia 2012/13 es una sorpresa mayúscula y una apuesta arriesgada. El tiempo,
ese factor dictatorio, marcará las pautas y el porvenir de nuestro club. Hasta
entonces, a esperar cautos y pacientes un futuro mejor, marcado por una época
de austeridad económica que deja el porvenir del club en el aire y con fichajes de poca monta, los cuales dejan el poso de la ilusión valencianista seco y sin reservas.
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