El
Valencia consiguió, anoche, una victoria tan justa como necesaria
que le sirve para seguir afianzado en esa tercera plaza de la
clasificación y le asegura, salvo desastre absoluto, la presencia
en, al menos, la eliminatoria previa de la UEFA Champions League a falta de cuatro jornadas por disputarse.
La
salida al campo del equipo fue recibida con pitos y abucheos por
parte de la grada, cosa lógica después del bochorno del Jueves. El
descontento inicial se mantuvo hasta que empezó a rodar el
balón. Una vez impartido el castigo, era el momento de arrimar el
hombro y animar. El equipo salió con ganas y dispuesto a enmendar la
ya mencionada catástrofe europea. Ese buen arranque, pronto tuvo
recompensa, gracias al tempranero gol de Jonás que tras
recibir un balón de Parejo, tocó de primeras y por alto para
Soldado, el cual se la devolvió con la cabeza, para que el brasileño
se anticipara al defensor con la puntera y, así, subir el primer
tanto al marcador en apenas seis minutos transcurridos. El equipo,
espoleado por la grada, buscó más, ofreciendo un juego vistoso de
la mano de Parejo y Canales, y bien resguardado atrás por
Albelda. Lo que son las cosas. De estar prácticamente
desterrado, a salvar la cabeza de Unai. Ese fue el patriota anoche.
Impecable al corte y contundente al cruce, aunque, a veces, excesivo.
Fueron unos buenos primeros veinte minutos, los cuales, hacían
presagiar goleada. Pero, de manera incomprensible, el equipo se echó
a dormir hasta el descanso. Economizaron esfuerzos, pensando en el
jueves, debido a la escasa exigencia del rival, un Betis que
en ningún momento del partido inquietó a Guaita.
El
segundo acto, más de lo mismo. Control inocente de la pelota
por parte del Valencia, con una tregua constante entre ambos equipos
y con escaso juego ofensivo. El partido, abocado al aburrimiento, era
un simple trámite, el cuál acabó en goleada. Una amplia renta de
goles que sirven para coger moral de cara al trascendental partido
del jueves, pero, no nos engañemos, ya que no fue del todo verídica.
Quiero decir, se ganó por 4-0 y plácidamente, pero no fue un paseo
triunfal con marchas de trompetas y tambores. Más bien se trató de
una victoria gris, poco saboreada y a la cuál se le puede restar
mérito debido a la injusta expulsión de Dorado antes de la
hora de partido. Pocos minutos más tarde de esta decisiva acción,
marcaría Feghouli el gol de la tranquilidad y los de Mel, si
no lo habían hecho ya, bajaron de manera definitiva los brazos y se
dejaron llevar aún más por el rival. De ahí al final, dos goles
más en apenas tres minutos, gracias al buen hacer de Piatti,
a su velocidad, a los espacios atrás de la defensa bética y a la
fortuna de Soldado.
El
encuentro acabó, con reconciliación con Mestalla. No podía
ser de otra forma. El partido ante el Atlético de Madrid es
demasiado importante como para estar desunidos. Ahora es el momento
de hacer piña y de demostrar que, pese a todo, estamos con este
equipo. Una vez finalice la temporada, se tomarán decisiones, al
parecer, importantes. Estamos a un solo partido de una final europea.
Vamos a luchar con todas nuestras fuerzas por participar en ella y
representar al fútbol español, junto al Athletic Club, de una
manera digna. Este equipo está diseñado para gestas y grandes
momentos y Mestalla vivirá el jueves, posiblemente, la última
noche europea con Unai. Creer que se puede remontar parece una
utopía o, más bien un sueño. Es una misión complicada pero no
imposible. Ha llegado la hora de la verdad. En un partido nos jugamos
el prestigio de una entidad y la ilusión de una afición volcada con
estos colores. No nos volváis a decepcionar.
Un
placer, @andreuserret.
Ojalá no nos decepcionen. Pero para conseguir pasar habrían de jugar mejor que ninguna eliminatoria anterior. Ya que han de remontar y además contra el Atlético de Madrid. Yo tengo esperanza pero no por datos objetivos, ya que el Valencia de Unai siempre hasta ahora la ha cagado en los momentos decisivos. Esperemos que por fin cambie la trayectoria.
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