lunes, 9 de abril de 2012

¡ORGULLO CHÉ!


Señores, el Valencia tomó la palabra. Grandioso partido ayer en el Bernabeu. Un homenaje al fútbol exquisito. Partido vibrante y equilibrado que acabó con un justo empate, aunque con ciertos matices que vamos a destacar. Personalmente, hasta el día de hoy, el de ayer fue el mejor partido de la Liga, de largo.







Orgullo significa satisfacción por el trabajo bien hecho. Orgullo significa pasear el escudo con la cabeza bien alta. Orgullo significa recibir menosprecios del rival por la impotencia de no ser capaces de superarnos. Orgullo significa volvernos a colocar en la órbita del fútbol mundial con un partido memorable. Orgullo significa dar un puñetazo en la mesa y callar a toda la prensa de la capital –la famosa central lechera-. Orgullo significa quitarle al Madrid dos puntos vitales y acercar la liga al Barcelona. Pero sobretodo, orgullo significa sentimiento y pasión por un equipo, por unos colores, por una historia.
El partido de anoche fue una demostración más –como la de la Catedral- de que hay plantilla para aspirar a cotas más altas. Quedó demostrado que si quieren, pueden ganarle a cualquiera. Incluso, como pudo pasar anoche, al todopoderoso Real Madrid. El Valencia aguantó con seriedad y firmeza el empuje inicial del conjunto blanco y ahí estuvo el partido. Juntitos atrás, sin dejar espacios, con constantes ayudas defensivas y con las ideas claras a la hora de contragolpear. Una vez pasó el chaparrón de los primeros minutos, llegaron los mejores momentos del Valencia, llevados en volandas por un colosal trivote en el centro del campo. El Madrid, rendido a los pies del equipo ché, se encomendó a su santo particular y a la diosa fortuna de los palos para llegar a los minutos finales vivo. Una superioridad aplastante en muchos minutos del juego, propiciado por la anulación de funciones de Xabi Alonso, a manos de Tino Costa. El Valencia llegaba en oleadas al área blanca, con coherente subidas por parte de sus laterales y centrales y con combinaciones a velocidades de vértigo. En definitiva, vimos al Valencia de principios de temporada, aquel equipo con garra y orden.
Las consecuencias del partido fueron celestiales para el Valencia. Se recuperó ilusión, confianza y autoestima y, de paso, se reforzó la imagen dada ante el AZ el jueves pasado. Para el Madrid, catastróficas, ya que a falta de siete jornadas, todavía, han visto como su ventaja se reduce a sólo cuatro puntos con el F.C.Barcelona. Y lo que es peor, que da la sensación de llegar al final de temporada con el agua al cuello. La liga está siendo un calvario para los blancos. Esos que hace cinco jornadas atrás hablaban de pasillos, baños y demás cuando todo les era favorable, ahora se excusan en quejas arbitrales para tapar las numerosas carencias de su equipo. Lloros y más lloros, característicos de un equipo, en los últimos tiempos, perdedor.
Capítulo aparte merecen los técnicos. No voy a pedir perdón a Emery por pedir, hace una semana atrás, su cabeza a final de temporada porqué sigo pensando lo mismo. Cierto es, que su planteamiento, fue perfecto. Pero un partido como el de ayer no me vale para justificar una temporada. No a mí. Somos el Valencia y debemos y podemos aspirar a más. Aquello que pedimos a Unai es una continuidad en sus ideales. Es saber llevar a un grupo. Es saber motivar y dirigir una plantilla hacia el éxito deportivo. No pedimos la Liga, porque a día de hoy es una utopía, pero si pedimos lo de anoche. No es lógico que, con la tercera mejor plantilla de España, estemos a treinta puntos del líder. Emery hace tiempo que ha dejado de convencer en Valencia por la falta de buenos resultados y por la falta de claridad y transparencia en sus alineaciones. A estas horas, aún nos preguntamos porqué, sin ir más lejos, dejó a Soldado en el banquillo.
¿Y qué decir de Mou? Aquel entrenador vitoreado por sus éxitos en media Europa y alabado por su comportamiento de niño pequeño por la prensa de la capital. Su actitud anoche, vergonzosa. Al igual que su discípulo Karanka y su apóstol Pepe. Ambos tres sacaron a pasear lo peor de ellos en este domingo de Resurrección.
En unas horas jugará el Málaga. Seguramente ganará y nos quitará el tercer puesto de la clasificación. Algo lógico y merecido si echamos la vista atrás. Al fin y al cabo, cada uno tiene lo que se merece. El Valencia, la cuarta plaza y el Real Madrid la segunda.

Un placer, @andreuserret

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