Cuando te sientes
sobrepasado, cuando has perdido las ganas por seguir, cuando ves que
tu sitio no está allí -en ese rincón concreto-, cuando crees que
ha llegado el momento de echarse a un lado y observar, con nostalgia
y orgullo, el camino recorrido hasta hoy. En definitiva, cuando ves
que es tu futuro el que está en juego, no te queda otra que
claudicar ante la evidencia, resignando así a tus principios, a tus
metas...
A tu sueño, al fin y al cabo.
Ha llegado el día -quien sabe si de
forma definitiva- de guardar bajo llave gran parte de mi vida. En
esta batalla no hay ganadores ni vencidos, simplemente el adiós de
una persona que ha perdido la ilusión por continuar en busca de uno
de los muchos objetivos marcados en su existencia. No se trata de un
paso atrás, ni en falso, sino todo lo contrario.
Hoy he decido 'apartar' de mi vida la
formación profesional como trompeta, dentro de una aula bajo
supervisión. En cambio, jamás voy a dejar a mi motor -a mi
segundo corazón- encerrado y viéndolo como el paso del tenaz tiempo
lo desgasta de forma irremediable. Me niego.
¡¡Larga vida a la música!!
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